miércoles, noviembre 1

Modestia ¿En el Siglo XXI?

Por Alejandro Sánchez

Aplicando las palabras que al rey Lemuel le dijo su madre, decimos: “No es de los cristianos, hermanos, no es de los cristianos la inmodestia.”

Llegamos a la época en que la gente se quita la ropa con la excusa del calor. La inmodestia se recrea por las calles de forma insolente. Los escaparates proponen sin ningún reparo las prendas que no solo insinúan, sino que destapan a las claras lo que de natural debiera taparse.

Pero la modestia ha pasado a la historia para el mundo. Con frecuencia en este tiempo veraniego pienso en los esfuerzos que debieron hacer los civilizadores que iban a África a decirles a los nativos que debían vestirse. Les enseñaban modestia. Pero parece que las tornas se están cambiando. Quizá va a hacer falta ahora que los nativos de las tribus nos adviertan de nuestra falta de modestia.

No, hermanos, no es de los creyentes la inmodestia. La Palabra de Dios nos enseña muy claramente acerca de la inmodestia en el vestir. Y si bien la lección es para todos, parece obvio que la mujer cristiana es de nuevo engañada y seducida por la serpiente. El hombre debe parecer hombre desde cualquier ángulo, y lo mismo la mujer. No debe haber confusión ni de cerca ni de lejos. Pero parece que esto se ha llevado al lado extremo. Ahora debemos decir que la mujer debe parecer mujer, pero no hay necesidad de demostrarlo.

¿Hacia dónde estás queriendo que los hombres te miren, mujer cristiana? Has de saber que los hombres incrédulos no tienen pensamientos puros. Están habituados a pensar secretamente en sus corazones. ¿Querrás encender la lascivia de hombres impuros? ¿Y qué de los hermanos creyentes? Ellos también pueden ser incitados a pecar. ¿Querrás ser causa de caída para tus queridos hermanos en la fe? ¿Has caído acaso en la tela de araña que ha tendido el diablo para que te sientas “sexy”? Esta palabra no es inofensiva, ¿sabes? Esta palabra implica hacerse atractiva a los ojos de los hombres. Hacerse deseable a sus apetitos. Implica provocar instintos impuros. Y ¿cómo una mujer cristiana puede vestirse de esta manera? Este atuendo era para las rameras.

La Biblia nos enseña que las rameras vestían con un atuendo que las hacía reconocibles. Tenemos el caso de Tamar. Sin entrar en toda la historia, por causa de una vindicación, se quitó la ropa de su viudez, y dice la Biblia que se arrebozó, de tal modo que Judá la tuvo por ramera. (Gen.38:14-15). Podemos ver otro caso en Proverbios 7:10. Aquí hay un joven falto de entendimiento que ve a una mujer con atavío de ramera. Ellas se vestían así para atraer a los incautos clientes. Y digo vestían porque me imagino que ahora deben tener graves problemas para diferenciarse de las demás que solo siguen la moda.

Es obvio que Hollywood ha implantado esta moda “sexy” entremezclada con sus películas y su filosofía vanguardista que intenta, y por desgracia con éxito, hacernos cambiar y abandonar “viejos principios”. Parece que se puede ser sexy y ser modesta. Pero esto es un engaño. No hay modestia en intentar ser “atractiva” por medio del vestir.

Dios requiere modestia en el vestir. Dice el Señor que “vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro y de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón…Porque así se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres” (1Pe.3:3-5) Había diferencia entre aquellas mujeres santas y las mujeres rameras. ¿Por qué, pues, hoy habría de haber problema con esto? Los pantalones ceñidos que señalan tu cuerpo, las blusas transparentes, las faldas demasiado ceñidas o cortas, los escotes profundos, la ropa demasiado ajustada, así como las camisas de los hombres desabrochadas hasta medio pecho, no se pueden contar con la ropa modesta.

¿Qué se podría contar como ropa modesta? No es caso el hacer una lista de cosas que se pueden y que no se pueden llevar. No es esta la intención de este artículo. Su verdadero intento es concienciar a los cristianos bíblicos que ha de haber una diferencia con el mundo y su filosofía “sexy”. La ropa debe ser modesta, que no invite a pensar o a mirar donde no se deba mirar. ¡Y tanto más en la iglesia de Dios!

Y ¿qué de la playa? ¿Podremos decir que un traje de baño es modesto? No es modesto bañarse rodeados de gente del otro sexo casi en cueros. No importa que haya muchos que lo hagan. El pecado de muchos no justifica a ninguno. Si robar no está bien, no puedo pensar que si todo el mundo roba es disculpable. De acuerdo que te sentirás mejor, pero eso no cambia el hecho de que está mal delante de Dios. No es modesto desnudarse hasta esos límites. ¿Acaso aquellas santas mujeres que Pedro nos refiere lo harían?

Es verdad que estas cuestiones no son populares en nuestro siglo XXI. Hay pastores que dicen: Yo no hablo sobre fumar, beber alcohol, vestir, etc. Estas cosas no están en la Biblia. Con todo respeto debemos decir que esto es un error. Si no somos capaces de sacar conclusiones bíblicas de la Biblia, es que la Biblia no nos habla. Creo mas bien que estas cosas las dejamos que las digan los demás. Debemos advertir a nuestros hermanos de los peligros de este siglo. Somos vigías y debemos alertar. Somos profetas y debemos denunciar los pecados del pueblo. Somos heraldos y debemos anunciar a nuestro Dios, y nuestro Dios es Santo. ¿No lo habrán de ser también sus hijos?

Quiera el Señor que estas consideraciones puedan hacernos cambiar o refuercen nuestra actitud frente a un tema que parece tabú en nuestras iglesias.