Gén.13:10-18
La semana pasada pudimos ver que las decisiones que tomamos a menudo nos llevan a tomar otras decisiones.
Otra de las cosas que vimos es que las decisiones que se toman basadas en la apariencia, no suelen dar buen resultado. Satanás tiene herramientas para enfocar nuestra atención en las cosas que nos parecen bellas a primera vista. Él mismo se puede vestir como ángel de luz y aparecer como un ángel de Dios.
Leímos este pensamiento:
“Siembra un pensamiento y segarás un acto.
Siembra un acto y segarás un hábito.
Siembra un hábito y segarás un carácter
Siembra un carácter y segarás un destino”.
Las decisiones que tomamos tienen su dirección. Hoy veremos las consecuencias de la decisión que tomó Lot. Lo primero, aunque no en orden de sucesión, podemos ver:
1. Los yernos no le creyeron.
Gén.19:14
“Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que se burlaba”.
No se ve mucha influencia en aquellos que habían de tomar a sus hijas por esposas.
Nunca permitas esposas o esposos para tus hijos que no sean temerosos de Dios.
Y otra cosa: Nunca pierdas el testimonio delante de los que han de ser tus yernos o nueras.
Pero podemos ver que Lot había perdido toda fiabilidad antes los novios de sus hijas.
2. Sus decisiones repercutieron en sus hijas.
Cuando hubieron escapado de la destrucción de Sodoma, y habiendo muerto la madre, las hijas decidieron emborrachar a su padre para dormir con él y levantar descendencia de él.
Gén.19:31-38 —A esto se le llama incesto. —Un pecado gravísimo. La familia de Lot había sido intoxicada con el ambiente inmoral de aquella ciudad.
Es curioso que no se les ocurrió pedir a su padre que volviese con Abraham. Tampoco se les ocurrió que podían convencer a su padre para que volviese a tomar otra esposa.
Éstas hubieran sido decisiones más espirituales y más de acorde a la voluntad de Dios. Pero vemos qué razonamiento tan pobre tuvieron sus hijas.
Gén.19:31-32
“Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra. Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia”.
Nunca antes se había visto semejante cosa. ¿De dónde aprendieron a razonar así? —De Sodoma.
Hnos., esta es una lección que debemos considerar. No se puede estar viviendo en el mundo y tomar decisiones espirituales. El concepto del pecado parece mucho menos grave cuando estamos viviendo en el mundo y en la carne. De hecho hasta puede parecer razonable.
Hnos., en un sentido todos nosotros estamos viviendo en la “Sodoma” de hoy. La influencia de los medios de comunicación, la literatura, la educación, etc. difunden ciertos criterios que contradicen la P. de Dios. Y poco a poco nos vamos acostumbrando hasta el punto en que podemos ver algunos pecados como “razonables”.
Es posible que Lot enseñara a sus hijas algunas cosas sobre Dios, pero la influencia del mundo fue mayor.
CONCLUSIÓN: Una decisión al parecer sin mucho peligro ni maldad, acabó con la ruina de la familia.
Lot acabó sin testimonio. —Sus hijos-nietos (Moab y Amón) fueron fruto del incesto, y esos hijos-nietos fueron enemigos perpetuos del pueblo de Dios que había de empezar con su propio tío Abraham.
Recordemos: Nuestras decisiones acaban formando un destino.