Las decisiones forman destinos (I)

Gén.13:1-18

Nuestro tema hoy es: Las Decisiones que Tomamos Forman Destinos.
No es un tema muy profundo, pero sí es un tema que debe hacernos pensar en nuestras decisiones aunque no sean demasiado importantes.

Tenemos aquí a Abram y a su sobrino Lot. Desde que salieron de Ur de los Caldeos habían andado uno al lado del otro. Es de entender que entre los dos, Abram tuviese cierta autoridad sobre Lot, por ser su sobrino.
El problema se presenta cuando los pastores de uno y de otro entraron en contienda.
Vemos que Abran es quien toma la iniciativa, y dice a su sobrino:

Ver.8

“No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos”.

Y Abram le ofrece a su sobrino la posibilidad de escoger a donde ir. Esto puso a Lot en la situación de tener que tomar una decisión hacia su destino.

Ver.10

“Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego”.

Notemos que su decisión se basó en lo que vio. Lo que vio le llenó los ojos y el deseo, y eso le hizo decidir su camino. (Lo mismo le ocurrió a Eva: Gén3:6 “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos…”).

Lot no tuvo en cuenta que aquella llanura conducía a Sodoma y Gomorra. Lot tomó una decisión que luego le llevaría a tomar otras decisiones. Pero el rumbo ya había sido tomado.

Ver.12

“…y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma”.

No siempre lo que vemos es lo que nos irá bien. La vista no es lo único a tener en cuenta.
Satanás se viste como ángel de luz. La pornografía expone cuerpos que pueden llenar los ojos.
Las cosas que no agradan a Dios ni nos convienen siempre tienen buena vista a los ojos.
Lot fue atraído por los verdes prados y pensó en la prosperidad que tendría en aquellas tierras.
Es lo mismo que cuando uno decide coger un trabajo que le impide congregarse. Se está anteponiendo lo físico ante lo espiritual. Tomamos la decisión por la vista. Pero hemos de darnos cuenta que esta decisión nos llevará a tomar otras decisiones después. Es como cuando uno miente. A menudo tendrá que volver a mentir para encubrir su mentira.

“Siembra un pensamiento y segarás un acto.
Siembra un acto y segarás un hábito.
Siembra un hábito y segarás un carácter
Siembra un carácter y segarás un destino”.

Esta frase no sé de quién es —Me he encontrado con diferentes autores (¿)
Pero es una realidad.

Cada uno formamos nuestro destino en base a nuestras propias decisiones. Y lo peor es que habrá decisiones que te forzarán a seguir en ese camino, a menos que Dios intervenga y te saque de él.

El caso de Lot es un caso típico y tópico sobre el asunto de tomar decisiones.
La semana que viene veremos, Dios mediante, las consecuencias de esas decisiones.