Segunda oportunidad

Jon.3:1-2 El devocional de hoy trata con las segundas oportunidades que Dios nos ofrece.

La gracia y la misericordia de Dios de alguna manera son segundas oportunidades.

La historia de Jonás es un claro ejemplo.

Jonás recibió un mandato de Dios muy claro: Ir a predicar a Nínive. Dios le dijo:

Jon.1:2 “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí”.

Y efectivamente, Jonás se levantó, pero para irse lejos de lo que Dios le había dicho. —Se fue a Tarsis.

Y los versículos que leímos en Jonás 3 leemos: “Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás”.

A pesar de lo que Jonás había hecho, y después de pasar unos malos días por su desobediencia, Dios le dio una segunda oportunidad.

Moisés. Otro caso que podemos ver respecto a las segundas oportunidades lo encontramos con Moisés.

Recordamos que Moisés recibió las tablas de la Ley para darla al pueblo, pero cuando bajó del monte el pueblo se había corrompido, y Moisés rompió las tablas que llevaba en las manos.

Sin embargo, leemos: “Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte”. Éxo.32:19.

Luego, en el cap. 34, leemos: “Y Jehová dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste”.

Pedro. También al apóstol Pedro le dio el Señor una segunda oportunidad.

Primero le dijo: Pedro, mata y come por tres veces. —Esta fue la primera oportunidad.

La segunda fue cuando estaba en casa de Cornelio. —En esta ocasión comprendió lo que Dios le estaba mostrando en la primera ocasión.

Y dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas”.

Sansón tuvo una segunda oportunidad: Cuando declaró el secreto de su fuerza a Dalila, vino su ruina.

Pero, cuando oró para derribar aquellas columnas, le dijo al Señor: “Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez”.

Y nos dice la Biblia que, “los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida”.

A pesar de una vida bastante desastrosa, Dios le usó al final de su vida como nunca le había usado antes.

Dios no le dijo: Lo siento, porque nunca lo hiciste como yo quería.

Dios dio por bueno el final de Sansón, y le ayudó en el cometido que Dios le había encargado.

Mucho de su vida fue erróneo, pero al final hubo un cambio; una segunda oportunidad.

Quizá por eso está su nombre entre los héroes de la fe en el libro de Hebreos, 11.

Puede que tu vida cristiana hasta hoy no haya sido como tú quisieras, o como el Señor querría.

Pero, Hno/a, lo más importante de todo es lo que queda por delante.

Pablo decía: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al    premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Fil.3:13-14.

Fíjate que éste es el ejemplo a seguir: “olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante”.

Hoy hay una nueva oportunidad para tomar esta resolución.

Olvida lo que pudiste hacer y no hiciste, y toma esta nueva oportunidad desde hoy en adelante.

Recuerda que es “mejor el fin del negocio que su principio”.

Lo que realmente importante es cómo acabas, no cómo empezaste y llegaste hasta este día.

El Señor te está dando otra oportunidad para que cambies tu rumbo y escojas otro más derecho hacia ese supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

No desperdicies la oportunidad de este día para cambiar el rumbo de tu vida con la ayuda del Señor.

Tú puedes ser mejor cristiano de lo que hayas sido hasta hoy. —Puedes ser mejor esposo, hijo, padre, madre, amigo, compañero, hermano…

Pero es necesario que tomes esa decisión.

Jonás aceptó su segunda oportunidad. — Pedro aprendió cuando tuvo su segunda oportunidad.

—Sansón aprovechó su segunda oportunidad y fue usado por Dios.

¿Qué harás tú con tu segunda oportunidad de cambiar el rumbo de tu vida espiritual?

A partir de hoy puedes cambiar tu vida espiritual, puedes convertirte en un mejor siervo/a del Señor.

—Desde hoy en adelante puedes ser un mejor instrumento en las manos de Dios.

—Desde hoy puedes ser un mejor discípulo de Cristo.

¿Qué harás con esta nueva oportunidad? —Ponte un momento delante del Señor y considera esta oportunidad.

Oremos en silencio.