miércoles, noviembre 1

Mejor es el final que el principio

Ecl.7:8 “Mejor es el fin del negocio que su principio”.

No hace mucho tiempo esta frase se me quedó muy  gravada. Me hizo pensar y considerar cuánta razón tienen estas palabras en cualquier ámbito de la vida. Si hablamos de un negocio, podemos usar el ejemplo del leonés afincado en Galicia.

Es bien sabido que Amancio Ortega Gaona (considerado recientemente como el hombre más rico de la tierra (por encima de Bill Gates), no comenzó como está hoy. Después de varios trabajos, en 1963 comenzó su propio negocio con el nombre de Confecciones Goa. (27 años) Creó en 1975 la primera tienda Zara. —¿Cuántas Zaras habrá hoy en el mundo? En 1985 se creó Inditex, de la cual dependen firmas como Pull&Bear, Bershka, Massimo Dutti, etc.

Este es un caso verídico, muy conocido y que ratifica estas palabras de Salomón. Aunque si es verdad que todavía no ha llegado al fin del que habla el versículo. —(Acaba de cumplir 80 años).

Pero mi énfasis, y la lección para mí es bien clara:

Los comienzos son difíciles, pero no importa tanto lo que ya ha pasado, sino lo que queda por venir. No podemos hacer mucho sobre lo que ya pasó, pero sí podemos hacer mucho con lo que nos queda todavía. Puedo haber vivido una vida mala, incluso desastrosa. Puedes haber tenido muchos defectos y debilidades. —Puedes haber tenido muchos tropiezos en la vida. Pero recuerda una cosa, es mejor el final que el principio.

Hoy tienes oportunidad de acabar mejor que ayer. Hoy tienes oportunidad de mejorar tu pasado con la ayuda del Señor. Hoy tienes ocasión de pasar de muerte a vida. Y el final será lo importante, no lo que hiciste. Habrás  sido perdonado.

Puede que tengas hábitos que no te ayudan en tu vida cristiana. Puede que luchas cada día con tu carácter.   —Puede que te lamentes de muchas cosas de ayer. Pero mañana puede ser mejor que ayer. —Y lo que importa es el final del negocio.

Puede que tu vida cristiana no haya sido como debiera hasta hoy. Pero, entre tanto que se dice hoy, hay oportunidad de mejorar el “negocio” y acabar mejor que empezaste.

Ejemplos bíblicos:

Mosiés, nació bajo el riesgo de ser muerto y echado al río. Luego creció en la corte de Faraón, luego fue a pastorear ovejas, luego se convirtió en jefe de un pueblo, y luego…. Acabó mejor que empezó.

José, comenzó humillado, pero acabó exaltado.

David, comenzó como el más pequeño de sus hermanos guardando ovejas mientras sus mayores estaban en la guerra contra los filisteos. Pero acabó siendo el Rey de Israel.

“Es mejor el fin del negocio que su principio”.

Saul, comenzó con orgullo y acabó mal.

Judas, comenzó como apóstol y acabó en suicidio.

Mat.21:28-31 LEER  La parábola de los dos hijos. Uno dice y no y después va; otro dice sí y después no va.

El que al final obedeció fue el que hizo la voluntad de su padre. Queridos Hnos.: El negocio más importante que tenemos es el de nuestra vida cristiana. Y nos debe interesar cómo va nuestro negocio. ¿Qué bueno sería que tú y yo acabásemos como un Amancio Ortega espiritual.

Hnos. podemos prosperar en nuestro andar cristiano. —Debiera ser una necesidad para nosotros. Todo el mundo quiere prosperar. Ya sea en su trabajo, su negocio, sus estudios, su carrera… ¡¡Pero no tenemos tanto empeño en prosperar espiritualmente!!

Es triste ver que nuestra vida espiritual siempre se queda en segundo plano. No ponemos tanto empeño en prosperar en nuestra vida cristiana, como en prosperar en las demás cosas. Pero la Biblia nos habla de una carrera espiritual que todos estamos corriendo. Y lo que importa no es cómo salimos al principio de la carrera.  Lo que importa es el final de la carrera. Pablo dijo:” he acabado la carrera”.  — ¿Cómo crees que la acabó, mejor o peor que la empezó? Hnos., el resultado final es lo que nos debiera importar.

Fil.3:13-14 “…pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,  -prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.

Hno/a., ¿cómo estás progresando en tu vida cristiana? ¿Cómo estás prosperando en tu andar con el Señor? ¿Querrás prosperar en todo y no en tu vida espiritual? Paremos un momento y examinémonos.

“Mejor es el fin del negocio que su principio”.