La Buena Voluntad de Dios

Rom.12:2

Este es uno de los versículos posiblemente más conocidos de toda la Biblia.

Sin embargo, pocos son los que en verdad desean conocer la voluntad de Dios para sus vidas.

En el boletín de la semana pasada pusimos una frase que decía: “Nuestra buena voluntad no es suficiente para agradar a Dios. La única buena voluntad que vale es la de querer hacer la de Dios”.

Ya hemos hablado alguna que otra vez que nuestras buenas intenciones no justifican la desobediencia a la voluntad de Dios.

Podemos recordar cómo David trasportó el Arca pensando en agradar a Dios, pero lo hizo de forma incorrecta.

Y Dios le mostró su desagrado de una forma drástica.

El Señor no se conformó con la buena voluntad que David tuvo al trasladar el Arca.

Y es que la voluntad de Dios es buena, es agradable y es perfecta, —pero también es específica.

Cuando Dios quiere algo y muestra su voluntad, nos muestra Qué quiere que hagamos, Cuando quiere que lo hagamos y Cómo quiere que lo hagamos.

Mi énfasis en esta mañana es que entendamos la importancia de esto:

Quisiera poner tres ejemplos sobre lo que estamos diciendo:

El Señor Jesús pone un ejemplo de QUÉ hacer para cumplir con la voluntad de Dios.

Mat 21:28  “Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña. 29 – Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. 30 – Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.

31 – ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero”.

El ejemplo aquí es bien claro: Se le dijo al primero algo muy específico: Ve…. Hoy….a trabajar en mi viña.

Estas tres cosas que se le dijeron fueron el:

Qué: “vé”.Cuándo “Hoy”,Cómo hacer su voluntad, trabajando en la viña de su padre.

Y el Señor preguntó después: ¿Quién hizo la voluntad de su padre? La respuesta era obvia: —El primero.

Este es un ejemplo de los tres aspectos de la voluntad de Dios que es agradable y perfecta.

Veamos ahora un ejemplo del CUÁNDO hacer la voluntad de Dios.

¿Recordaréis cuando Israel se acobardó y no quiso entrar en Cades Barnea?

Núm.14:40-45 LEER

Este es un ejemplo claro sobre el cuándo hacer la voluntad de Dios.

Ellos se habían negado a subir, más tarde quisieron subir, pero ya era tarde para cumplir la voluntad de Dios.

Habían perdido la oportunidad de obedecerle cuando Dios lo quiso.

Debía hacerse la voluntad de Dios cuando Él lo dijera, no cuando ellos quisieran.

Y en vez de salir victoriosos como hubieran salido de obedecer la primera vez, ahora salieron derrotados.

Veamos por último un ejemplo del CÓMO hacer la voluntad de Dios.

La historia del rey Saúl nos servirá de ejemplo para este punto.

Dios, a través del profeta Samuel, le ordenó a Saúl algo muy específico.

1Sam.15:3 “Vé, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos”.

Dios manifestó con claridad lo que era su voluntad para con los amalecitas.

Pero Saúl y el pueblo, según leemos en el Ver.9, “perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir”.

Saúl sacó sus propias  conclusiones pensando que lo que él y su pueblo iban a hacer, sería mejor que lo que Dios había mandado.

Al fin y al cabo, lo que preservaron era para sacrificarlo a Jehová, según dijo el rey a Samuel en el Ver.21.

“el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios”.

¿A caso el Señor no había sido específico en cómo debía hacerse?

La intención supuestamente era buena, —Sacrificar para Dios—  pero se llevó a cabo en desobediencia.

El sacrificio que Dios había pedido era el exterminio, pero Saúl no hizo como Dios le mandó.

Estos tres casos nos hablan de la buena voluntad de Dios en cuanto a QUÉ, CUÁNDO y CÓMO llevarla a cabo.

La lección es bien sencilla:

La buena, agradable y perfecta voluntad de Dios debe hacerse cuándo y cómo Él quiere.

Conocer la voluntad de Dios debe incluir el Qué quiere; el Cuándo lo quiere; y el Cómo lo quiere.

De manera que, si queremos hacer la buena voluntad de Dios agradable y perfecta deberemos saber:

QUÉ quiere, CUÁNDO lo quiere, y CÓMO lo quiere. — De otra manera corremos el peligro de no hacer lo que quiere, o no hacerlo cuando lo quiere, o no hacerlo como lo quiere.

“Si su voluntad de Dios es perfecta, no le hagamos retoques particulares”. A.S.