Fe y certeza

Heb.11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. 

Esta semana estuve leyendo en el libro de Hebreos de forma detenida meditando en lo que leía. —Sin prisa.

De este cap.11 no creo que pueda sacar nada nuevo que no se haya dicho ya.

Pero sí puedo decir que he dado un pasito más en la profundidad con que antes lo leía.

El Ver.1 nos da la mejor y más completa definición de lo que es la fe.

La fe no es un mero creer como si de una posibilidad se tratara. —No es una corazonada, o intuición.

La fe es algo que se tiene por cierto, no simplemente por verosímil (creíble).

—No es creer que es posible lo que se dice creer.

Es estar completamente seguro de que algo es así, o que algo ocurrirá certeramente, aunque no lo veas.

En medio de tan grande nube de testigos como tenemos aquí, meditemos en tres casos de este mismo pasaje.

  1. El ejemplo de Noé.

Ver.7 “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor

preparó el arca en que su casa se salvase”.

Fijémonos en lo que dice: Noé tuvo fe “acerca de cosas que aún no se veían”. Estaba plenamente convencido.

Noé confió, creyó, tuvo convicción de que aquello que se le dijo se habría de cumplir.

Y fue justificado en su día por su fe; por aquella convicción tan profunda y plena que tuvo sobre aquello

que se le dijo que habría de pasar.

Y debemos decir que ese tipo de convicción y certeza que llamamos fe, lleva irremisiblemente a la obediencia.

Sabemos que se puso a edificar el arca que Dios le mandó. Y lo que no veía llegó al cabo de 120 años.

  1. Veamos otro caso: Abraham.

Ver.8 “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como

herencia; y salió sin saber a dónde iba. 

“Salió sin saber”, o sea, él tuvo convicción y certeza de que Dios le llevaría.

Estaba convencido de cosas que no se veían.

Obedeció sin saber. —Sin poder ver a dónde se dirigía. —Y salió por convicción; con certeza.

También el mismo Abraham sacrificó al hijo de la promesa por la convicción de que Dios se lo devolvería.

Ver.18-19 Aún, “habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; 19 – pensando que Dios

es poderoso para levantar aun de entre los muertos”.

Esta palabra: “pensando” significa: considerar, reconocer.  —Llegar a una convicción.

Abraham fue puesto en una encrucijada:

Dios le había dado la promesa de darle a Isaac, y se lo dio fuera ya del tiempo de poder tener hijos.

Dios le dijo que de ese único hijo le daría descendencia tan grande como la arena del mar.

Ahora Dios le está diciendo que, ese mismo único hijo que le había dado, debía sacrificarlo.

Nos parece que, de estar en una situación parecida, nosotros no hubiésemos sabido qué hacer.

Pero el razonamiento de Abraham fue: Dios me lo dio, y si ahora me pide que se lo sacrifique, Él me

lo devolverá.

Pero de nuevo podemos ver que la convicción (la fe) le llevó a obedecer dejando lo que era incomprensible

para él, en las manos de Dios.

Hnos., tener fe es obedecer sin ver, estando plenamente convencidos de que Dios hará lo que ha prometido.

Rom.4:21 Abraham estaba plenamente convencido de que [Dios] era también poderoso para hacer todo

lo que había prometido”.

Las palabras “plenamente convencido” son una buena definición de lo que es la fe.

  1. Otro caso: José.

Ver.22 “Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca

de sus huesos”. 

José estaba totalmente confiado de que Dios libertaría a su pueblo, y antes de morir dejó dicho que no lo

dejasen en Egipto.

Era algo que José no veía ni vería por sus propios ojos, pero estaba plenamente convencido. —Tenía fe.

Hnos. la fe es convicción de algo o sobre algo que no se ve. —Lo que se ve, ¿para qué creerlo?

La fe es una certeza plena de algo que no se ve.

Pablo lo dice así en Rom.8:24 “Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es

esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?”.

¿Es este el tipo de fe que tenemos? ¿Confiamos plenamente en que Dios cumplirá sus promesas?

¿Estás plenamente convencido de tu salvación? ¿…de que Dios proveerá? ¿…de que Dios está contigo?

La fe es, pues, una certeza plena, un completo convencimiento que nos lleva a la obediencia mientras esperamos

la promesa.