La codicia nos aparta de Dios

1Cor.10:1-11 Este pasaje es un clásico para demostrar que el pueblo de Israel y los creyentes de hoy tienen

mucho en común.    —Vemos que ellos eran duros de cerviz, pero nosotros también lo somos.

Vemos que no aprendían, a pesar de la paciencia del Señor para con ellos, pero a nosotros nos pasa lo mismo.

De manera que no tenemos más remedio que identificarnos con ellos.

Este pasaje nos advierte claramente a no ser como ellos.

Leemos: “Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron”. Ver.6

Ver.11 “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”.

Ver.6 “Que no codiciemos cosas malas”.  Lo primero que pensamos al leer esto es: “Pero yo no soy codicioso”.

Tengamos en cuenta que la codicia es uno de las características de la carne (sarx).

Cuando Eva, a sabiendas que Dios había prohibido comer del fruto del árbol, se nos dice que:

“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió…”. Gén.3:6.

Se puede decir que la codicia es un deseo incontrolado de la carne.

El mismo Señor Jesús nos explicó la gravedad de la codicia, cuando en la parábola del sembrador, nos dice:

Mar.4:18-19 “Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra,  19 – pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa”.

Estos oyeron la palabra, pero fueron codiciosos y tomaron su decisión de inclinarse a la codicia.

Esto demuestra cuán poderosa es la codicia, que es capaz de desoír la Palabra de Dios por conseguir otras cosas.

Eva lo hizo; desechó la Palabra que Dios había dicho para satisfacer su propia codicia.

Y esto no sólo ocurre con los incrédulos, sino también con los creyentes.

No es tan difícil tener problemas con la codicia o la avaricia, que es idolatría.

Algunos se presentan como creyentes, como Benny Hinn y otros, pero la codicia les venció.

Desoyen la Palabra de Dios que nos dice: “Que no codiciemos cosas malas”.

Joyce Meyer: más de 70 libros editados. 20 millones de dólares. —Casas: 11,4 mill. $

Joel Osten: Lakewood  Church con 16.000 asientos. Tiene 40 millones de dólares.

Benny Hinn: Fath World Outrich. 42 millones de dólares. —Casa: 10 Millones $

En varios lugares de la Biblia se compara la codicia o avaricia con la idolatría.

Parece que la avaricia tiene que ver más con el aspecto de retener para uno mismo, mientras que la codicia es más el deseo de tener y tener y obtener.  —Pero en muchos casos ambas palabras son sinónimas.

Isa.57:17 “Por la iniquidad de su codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió rebelde por el camino de su corazón”. —Estas palabras están dirigidas al pueblo de Israel.

Éxo.20:17, dice: “No codiciarás”. —Parece que este pecado está catalogado por Dios como algo muy maligno.

1Cor.6:9-10 “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 – ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”.

Parece que la avaricia tiene que ver más con el aspecto de retener para uno mismo, mientras que la codicia es más el deseo de tener y tener y obtener. —Pero en muchos casos ambos casos son sinónimos.

Pienso que se ha infiltrado en la iglesia del Señor la idea de que uno puede hacer cualquiera de estas cosas, pero si ha aceptado a Cristo, entonces si podrá heredar el reino de Dios.

—Hnos., esto es hacer mentirosa a la Palabra de Dios.

El versículo siguiente nos dice: Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”. 

Esto no quiere decir que tú puedes hacer cualquiera de estas cosas y seguir camino al cielo.

Las palabras: “Y esto erais algunos”, quieren decir precisamente que ya no lo son. Lo fueron, pero ahora ya no.

No podrían seguir igual habiendo sido lavados, santificados y justificados.

Si piensas que sí se puede es que, en algún momento alguien te engañó con ese pensamiento.

  • ¡No es posible vivir como un diablo y esperar ir al cielo con Dios!

Tus sentidos y sensaciones pueden engañarte, pero esta verdad es aplastante.

Fíate mejor de la Palabra de Dios que de tu sentir sincero.

Y quizá la razón sea porque aquello que codiciamos nos hace olvidar lo que Dios dice en su Palabra.

Pro.21:26 “Hay quien todo el día codicia; mas el justo da, y no escatima”. 

El justo y el codicioso actúan de forma distinta