El dolor no siempre es malo

La primera vez que se habla del dolor en la Biblia es con la caída de Adán y Eva. Vemos que Dios provoca el dolor a las mujeres para que den a luz.  Y vemos que al hombre  le da el dolor de comer con el sudor producido por su trabajo.

Gén.3:16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti”.

Ver.17-18 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.  18- Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo”.

El dolor no se menciona en los dos primeros capítulos donde leemos de la creación de Dios. Podemos ver que el Señor manda a Adán que labre el huerto, pero esto no parece que implicara un dolor o esfuerzo, sino, un deleite. En el caso de la mujer, si parece que se aumentaron mucho los dolores que podría haber tenido si hubiese traído un hijo al mundo mientras estuvo en Edén.  —Cosa que no ocurrió.

Al decirle el Señor a la mujer: “multiplicaré en gran manera los dolores de tus preñeces”, parece darnos a entender que pudiera haber tenido algunas molestias de haber tenido un hijo. Y también la creación fue sujeta a maldición cuando Dios dijo: “maldita será la tierra por tu causa”. La misma tierra tendría dolores por causa del pecado. —Y de esto nos habla Pablo.

Rom.8:22 “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;”

No es de extrañar que en nuestros días la creación gima de dolor. —Con dolores de parto. La tierra está convulsionando de dolor por causa del pecado de sus moradores. —Maremotos, terremotos.  Todos los dolores comenzaron con la caída de Adán.  —Con su desobediencia. Sin embargo, aunque el dolor no nos es agradable, no siempre tiene malas consecuencias.

También debemos ver que el dolor tiene cosas positivas.

  1. El dolor nos avisa de que algo está mal en nuestro cuerpo.
  2. El dolor nos recuerda que hay tiempos de bienestar cuando no hay dolor.
    Si pasamos tiempo sin que nada nos duela tendemos a olvidarnos de que existe el dolor. Cuando llevamos mucho tiempo sin caer en cama, qué mal lo pasamos entonces ¿verdad?
  3. El dolor es bueno también para llevarnos al arrepentimiento y a pedir perdón.
  4. El dolor nos hace más sensibles con los que sufren.
  5. En dolor nos hace acercarnos más a Dios.
    Pero hay más cosas que ver sobre el dolor.
  6. Del dolor del Señor en la cruz brotó nuestra salvación y el perdón de nuestros pecados.
    Ese dolor que Él sufrió ha provisto perdón para toda la humanidad. La sangre que brotó de su dolor es eficaz para limpiar todos nuestros pecados.
  7. Del doloroso destierro del apóstol Juan, salió la gloriosa revelación de Cristo.
  8. Del dolor y la soledad de un pastor salen los mejores sermones.
  9. Del dolor y el sufrimiento de la ostra salen las preciosas perlas.

Un grano de arena que se mete en su tierno interior produce las lágrimas de nácar que formarán la perla. La perla es el resultado del mucho llanto del molusco.

Un día, Hnos., nuestros dolores que hayamos experimentado aquí durante nuestras vidas serán las cicatrices convertidas en perlas que adornarán la corona de nuestro Salvador.

En especial aquellas que hayan surgido mediante el sufrimiento traído por Cristo y su evangelio.

Rom.8:17-18 “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.  18- Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.

¿Estás sufriendo por alguna causa? ¿Te sientes solo/a?  ¿Estás afligido como Lot viviendo en un mundo tan perverso y alejado de Dios? Pablo nos dice: “Si sufrimos, también reinaremos con él”, 2Tim.2:12.

Un día nuestro llanto y tristeza se convertirá en gozo eterno. Considera lo que hemos leído: tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.

Tomemos unos momentos para meditar en esto.