miércoles, noviembre 1

Una libertad completa (II)

Jn.11:38-44 LEER

El domingo pasado hablamos de las tres órdenes que el Señor da delante de la tumba de Lázaro.
Vimos que la primera era: “Quitad la piedra”.
Aplicamos estas palabras y dijimos que el Señor mandó a los que estaban fuera para que lo hiciesen. Son los que están vivos los que tiene que quitar la piedra de separación.

La segunda orden fue:
II. “¡Lázaro, ven fuera!”

Este es un llamamiento de Dios a salir fuera de entre los muertos.
La iglesia del Señor son aquellos que han sudo llamados fuera. Ek – klesía.
También vemos que Dios salva de uno en uno.
Se ha dicho que si el Señor hubiese dicho solamente Sal fuera, hubiesen salido todos los muertos. Un día el Señor te llamó a ti personalmente. —No fue a tu familia, ni a tu grupo de amigos…. Fue a ti.

Fuera es donde está la congregación de los santos. Fuera del sistema de este mundo incrédulo. Fuera de este montón de muertos que es el mundo que nos rodea. De entre ellos un día te llamó para que salieses fuera a formar parte del mundo de los vivos.

He.13:12-13

“Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio;”

Lázaro tuvo que salir fuera para poder vivir entre los vivos.

En tercer lugar, la última de las tres órdenes:
III. “Desatadle y dejadle ir”.

De nuevo el Señor da una orden a los que están vivos. Había algo que Lázaro no podía hacer, y era: desatarse de sus vendas. Cuando uno es salvo está lleno de “vendas que le atan”. Las tradiciones, las costumbres, las creencias antiguas, las tendencias de su carne viciada por el pecado.

Jn.11:44

“salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario”

Esto también tiene su aplicación.
Las manos y los pies y atados y la cara cubierta nos hablan de la incapacidad del recién convertido para andar y ver por sí mismo. Necesita la enseñanza y la guía de los que ya estaban fuera. La Palabra de Dios nos dice que “la verdad nos hará libres”. Los que están libres son los que deben hacer libre al que está atado de pies y manos, y sin ver. ¿De qué nos habla esto entonces? Les toca a los creyentes quitarle las “vendas” mediante la enseñanza de la verdad para que sea libre.

Es responsabilidad de los que ya han sido llamados fuera el ir quitándole las vendas mediante el conocimiento de la verdad.

1Pe.2:9

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;”

Efe.4:11-12

“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”

Los creyentes y los pastores y maestros, están y deben estar, capacitados para quitar las vendas de los recién convertidos.

Creyentes, anunciad el evangelio. — quitar las piedras.

Y a aquellos que el Señor llama fuera, quitadles las vendas a los que han sido llamados de las tinieblas a su luz admirable.

Y los recién convertidos, dejad que se os quiten las vendas de muerte para que tengáis verdadera libertad.