miércoles, noviembre 1

Piedras

1Pe.2:2-8

Hoy quisiera hablaros sobre las piedras. —Leí recientemente este escrito sobre las piedras.

“El distraído tropezó en ella. —El violento la utilizó como proyectil. —El emprendedor construyó con ella.

El campesino, cansado la utilizó como asiento. —David mató a Goliat con una piedra, y Miguel Ángel, de una piedra sacó la más bella escultura.

En todos los casos la diferencia no estuvo en la piedra, sino en la persona. No existe piedra en el camino que no puedas aprovechar para tu propio bien”.

La conclusión de esto que he leído es que unos usaron la piedra para mal, y otros la usaron para bien.

Unos tropezaron o la usaron como arma arrojadiza, otros, descansaron, edificaron, defendieron al Dios de los ejércitos, y otros hicieron con ella algo de mucho valor.

La palabra de Dios nos habla también de otra piedra. —Y al igual que el texto que hemos leído sobre la piedra, puede ser una piedra para vida o para condenación.

Esta piedra que Pedro cataloga de piedra viva, es el mismísimo Señor Jesucristo.

Es una piedra que para Dios es preciosa y delicadamente escogida por él mismo.

El Ver.7 nos dice que para nosotros, los que creemos, él también es precioso.

“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso”.

Pero el texto continúa: pero para los que no creen… La piedra que los edificadores desecharon,

Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer”. 

Cristo es esa piedra que salva o condena. —La Palabra de Dios es clara y contundente.

Ver.7b este versículo nos dice: “La piedra que los edificadores desecharon”.

Hnos. el Evangelio es sencillo, no es complicado. —Todos estamos edificando nuestra casa.

Nosotros los hombres somos esos edificadores que escogen tanto el fundamento como las piedras para edificar.

Mat.7 nos habla de hombres que edifican su casa. —Unos edifican sobre la roca y otros sobre la arena.

Los que prestan oído a lo que el Señor dice, edifican sobre la roca que es Cristo.

Mat 7:24 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 – Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26 – Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 – y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”.

En el texto que hemos leído en 1Pedro se nos refiere a Cristo como la piedra que desechan los que edifican.

Y se convierte para ellos en Piedra de tropiezo, y roca que hace caer.”

  • ¿Por qué tropiezan en esa roca?  — Nos dice: “porque tropiezan en la palabra”.

No quieren oír lo que el Señor nos dice.

Y solamente hay dos caminos: O edificas sobre la roca o la roca caerá un día sobre ti.

Rom.9:33 nos dice respecto a estas palabras sobre la piedra o roca.

“He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado”.

—Esto es lo que sucederá a los que caen sobre la roca.

Pero ¡Hay de ti si la piedra llega a caer sobre ti. —Mira lo que nos dice el Señor respecto a esto:

En Luc.20:18 leemos: “Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado…”.

Esto nos habla del quebrantamiento que tenemos cuando sabemos lo que somos y lo que Cristo hizo por nosotros a pesar de lo que éramos.

Pero luego viene la advertencia: “…mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará”.

Queridos amigos y hermanos: Más vale ser quebrantado por el tan grande amor que nos tiene aún sin merecerlo, que caer bajo el castigo de los que le desechan.

Leímos al principio que el despistado tropezó contra la piedra. —El violento la arrojó para hacer daño.

Pero hubieron otros que la usaron bien: — El emprendedor construyó una casa.

—El campesino descansó de su trabajo sobre ella. —David la usó para defender la fe.

Y el artista hizo una obra de valor incalculable.

Todos estamos ante la piedra que Dios nos ha puesto delante.

Para Dios es una piedra escogida y preciosa. —Pero ¿qué es para ti?

Y un pensamiento final: Cristo es la piedra viva, y los confiamos en ella hemos sido hecho piedras vivas.

1Pe.2:5 “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.

Los que hemos puesto nuestra confianza en Esa Roca debemos ser edificados como casa espiritual.