Orden en las ofrendas

1Cor.16:1-2

Este pasaje nos muestra algunas cosas interesantes para poner en práctica.

Veremos al menos tres cosas a considerar con respecto a las ofrendas de amor.

Hay cuatro casos en los que debemos dar nuestras ofrendas al Señor:

  1. En primer lugar están los diezmos y ofrendas para el sostén de la iglesia, sus ministerios y a su pastor.
  2. También están las ofrendas que llamamos de fe o de misiones, que se destinan a sostener a los misioneros que predican el evangelio en otros lugares donde nosotros no podemos hacerlo.
  3. Existe otra ofrenda, aparte de éstas, que son para proyectos especiales.

—Un nuevo templo, reformas, o la adquisición de algo que resulta necesario para llevar a cabo la obra de Dios.

  1. Pero existe otro tipo de ofrenda que es para ayudar a otros. —A estas ofrendas las llamamos donativos.

Este era el caso de esta ofrenda que encontramos en la lectura de hoy.

Se estaban recogiendo ofrendas para los Hnos. en Jerusalén que estaban en gran necesidad.

Si entendemos bien esto, no habrá problema con las ofrendas cuando las ponemos en la bandeja.

Pero ahora veamos la enseñanza que Pablo nos enseña en estos dos versículos.

  1. “Cada primer día de la semana”.

Es curioso notar que se reunían el primer día de la semana, que es el domingo.

Podríamos hacer un estudio sobre por qué Dios mandó a Israel consagrar el sábado y ahora en el Nuevo Testamento se reunían en domingo.

Solamente un apunte, si bien hay bastante más que decir en este tema.

El Señor resucitó el primer día de la semana. —Aquí se encuentra la confirmación de nuestra salvación.

Si Cristo no hubiese resucitado, todavía estaríamos en nuestros pecados.

Pero volviendo al tema: Este: cada primer día de la semana, nos habla de algo que es sistemático.

De forma consistente y regular. —Había un propósito y había domingos para recogerlas.

  1. “cada uno de vosotros”.

Este punto aclara que todos deben y pueden participar. Los ancianos, los jóvenes y los niños.

Los niños deberían tener una aportación mínima para poder participar en las ofrendas.

Es importante que sientan la ilusión de ofrendar dando “algo que es suyo” desde bien pequeñitos.

Algunos padres dan una pequeña cantidad de dinero para las chuches o caprichitos, pero se les recuerda que de ello deben poner en la ofrenda.

Es bueno que toda la familia ponga sus ofrendas y los más pequeños sepan por qué y para qué lo hacen.

  1. “ponga aparte algo, según haya prosperado”.

Esto no está hablando de los diezmos y ofrendas a la iglesia.

No está hablando del compromiso que tomamos libremente para enviar a misioneros.

Este poner algo aparte nos habla de poner algo aparte de las ofrendas regulares a la iglesia: Diezmos y ofrendas.

—Aparte de las ofrendas comprometidas para las misiones.

Esto habla de poner aparte algo. —No se especifica la cantidad. —No se especifica el porcentaje.

El diezmo no necesita explicación: —El 10% del total que entra en casa.

Este “algo”, nos dice que es según hayas prosperado.

Es un donativo para algún necesitado. —Es una ofrenda de amor.

Hay Hnos. que mal entienden esta ofrenda de 1Corintios 16, y la toman como para las ofrendas a la iglesia. ¡No!

Cuando se recogen las ofrendas ponen algo de lo que encuentren en el bolsillo, sin ninguna premeditación. —De una manera espontánea.

Hnos. Si alguna ofrenda es espontánea es esta de la que se habla aquí.

Las demás ofrendas no son espontáneas, sobre todo, la del sostén de la iglesia y la de misiones.

Nuestras ofrendas y diezmos deben venir preparadas desde casa.

Nuestras ofrendas de fe o misiones, deben venir preparadas desde casa.

—Allí es donde preparamos nuestras ofrendas regulares.

Pero este texto leído nos habla de ofrendas de amor por otros hermanos necesitados.

Sabéis que no soy muy dado a tocar el tema de las ofrendas.

No pienso, como algunos, que para ser diácono haya que registrar las ofrendas para comprobar si da sus diezmos.

No depende de esto: —Uno puede ser un buen cristiano y sinceramente no entender este asunto.

Pero uno podría dar sus diezmos y ser un creyente poco espiritual. — ¿Por eso debería ser diácono?

En los requisitos para los diáconos no aparece este asunto de los diezmos.

Pero, Hnos., debemos aprender que lo que ponemos en las ofrendas es producto de lo que Dios no ha dado primeramente. —Tú lo administras. Y según lo administres así de agradecido estarás al Señor por su provisión.