Como En El Tiempo De Los Jueces

Parece que estamos en el tiempo de los Jueces. Ya no estamos en tiempos de Josué. El tiempo de las victorias. El tiempo parece haber pasado ya.
El tiempo de las victoria corresponde al tiempo de la Iglesia de Filadelfia. Bajo la cual hubieron grandes avivamientos. Pero después del libro de Josué viene la desgracia del libro de los jueces.
Debemos recordar que fue en el tiempo de los Jueces cuando se nos dice que: Jue.17:6

“cada uno hacía lo que bien le parecía”.

Jue.21:25 Lo mismo.
Pero notemos que las dos veces que se nos dice esto, previamente se nos dice algo muy interesante: que “en esos días no había rey sobre Israel”.
Esto es muy significativo: Cuando no hay rey, cada uno hace lo que bien le parece. Es algo para pensar. Sería en el próximo libro; el libro de 1º Samuel que habrían de pedir un rey. El pueblo viene a Samuel y le dicen: 1 Sam. 8:5b

“…constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones”.

Vv.6 -7

“Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos”.

Notemos que a Samuel no le agradó aquella petición.
Pero luego el Señor dice a Samuel:

“…no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos”.

Hoy estamos viviendo en los tiempos de Laodicea. Laodicea también viene tras los tiempos de la Iglesia de Filadelfia; el tiempo de los grandes avivamientos. Y ¿qué vemos en la iglesia de Laodicea? El Rey está fuera llamando mientras el pastor de Laodicea dice:

“Soy rico y me enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad…”.

¡Qué cuadro tan desolador! — ¡La Iglesia de Cristo sin Cristo! ¡Una vez más el Rey está fuera!
Tal como dijo el Señor a Samuel:

“Me han desechado para que no reine sobre ellos”.

Hnos., una iglesia que no tiene a Cristo como su Rey, es porque le ha desechado. Y lo mismo pasa con nosotros: Si siendo hijos de Dios Cristo no es tu rey, es que le has desechado para que no reine sobre ti. Y cuando no hay rey, cada uno hace lo que bien le parece.

¿Tienes Rey sobre ti? ¿Hay alguien que gobierna sobre ti?
Si haces con tu vida lo que quieres, entonces es que has desechado al Rey. Un Rey que te ama, que te cuida, que te dirige por el caminos que te serán buenos, que te ayudará en tus decisiones y en los tragos amargos de la vida.

“Lo mejor que puedes hacer es tener un Rey sobre ti”.
Sólo tienes que ver cómo le iba al pueblo de Dios cuando no tenían rey.