Cargas y pesos

He.12:1-2

La vida cristiana es un camino angosto que lleva a la vida eterna, según nos dice el Señor en Mat.7:14.

Él también nos dijo: “En el mundo tendréis aflicción”. —Esto resulta evidente para cualquier cristiano.

También nos dice este pasaje en Hebreos que el creyente está corriendo una carrera. —Una carrera espiritual.

Y en esa carrera constantemente encontramos obstáculos y pesos que nos estorban para correr.

Leyendo el versículo encontramos que nos dice: “Por tanto, nosotros también…”.

La referencia es explícitamente a los hombres y mujeres del capítulo 11. —Los ejemplos de fe.

El capítulo 11 nos da una gran nube de testigos que vivieron o murieron por su fe.

Tuvieron estorbos, dificultades, problemas, pero todos ellos tomaron decisiones en base a la fe que tenían.

Encuentro dos palabras que definen muy claramente la intención del autor de Hebreos en este versículo de hoy.

La inspiración divina dirigió al escritor a escribir la palabra: Peso. —Denota una carga que nos encorva.

La mejor ilustración es el Progreso del Peregrino:

Peregrino va con la espalda encorvada por el peso de su bulto y sus pecados.

Esta palabra es “onkos”, que significa: “masa” o “bulto”. —De ahí nos viene la palabra oncología. 

Después tenemos la palabra pecado”: “hamartía”. —Esta es la palabra clásica para pecado.

Pero nos dice: “y del pecado que nos asedia”. La idea es que el pecado nos rodea por todos lados.

Así que por un lado, debemos despojarnos del peso, y por otra, del pecado que nos rodea por todos lados.

Y se nos dice que debemos desechar tanto el peso como el pecado.

Ahora bien, que debemos despojarnos del pecado resulta evidente para el cristiano.

—Es de sentido común que el cristiano debe desechar cualquier tipo de pecado.

Pero nos dice el texto que debemos desechar también todo peso, carga, ONKO… de nuestra vida.

Entonces debemos preguntarnos: Siendo que el pecado es algo obvio de lo que debemos apartarnos,

¿A que se referirá el Señor cuando nos dice: “despojémonos de todo peso”?

Se hace distinción entre el peso y el pecado. —Pero, entonces, ¿qué es el peso? — ¿A qué se refiere?

Hnos., el peso aquí no refiere al pecado, por eso se hace diferencia entre el peso y el pecado.

El peso es todo aquel bagaje de costumbres, y maneras de hacer y de creer que puedan ser un estorbo para correr la carrera.

Pablo nos dice que hay cosas lícitas que no nos convienen para correr bien la carrera que tenemos por delante.

Las cosas que son lícitas —o que a ti te parecen lícitas— dejarán de serlo si te son un estorbo.

Pongamos por ejemplo la vida de un deportista que quiere llegar lejos en su carrera deportiva.

Es lícito que coma los helados que le apetezcan, que duerma mucho o poco según le convenga, que coma siempre lo que le apetezca y cuando quiera.

Sin embargo, si de veras quiere conseguir algo de valor en su vida deportiva, tendrá que abstenerse de muchas cosas que son lícitas, pero que no le convienen.

Cuántas veces querría comerse un buen helado, o una comida muy apetitosa, y su entrenador o dietista personal le dice: “Esto no debes comerlo”.

Debe tener un equilibrio en su dieta diaria. —Tiene que vigilar las calorías, proteínas e hidratos.

Cuando le gustaría estar con la familia o sus amigos, tiene que ir a entrenar.

Pablo pone en diferentes ocasiones el ejemplo de los deportistas.

1Cor. 9:25 “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”.

Esto es de lo que el apóstol está hablando cuando dice: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”, 1Cor.10:23.

Hnos., lo que edifica me ayudará a correr. —Si no edifica, por lícito que sea, entorpecerá mi carrera.

El cristiano debe desprenderse de cosas que son lícitas para que no sean un peso añadido en su carrera.

Y una cosa final:  —El poner en práctica este principio te llevará a este otro principio:

—A buscar y escoger de entre lo bueno lo mejor.

Si algo es bueno pero conoces algo que es mejor, entonces lo bueno ya no es tan bueno.

El creyente debe mirar entre todas las cosas que son lícitas, las que más agradan al Señor y las que más le dan satisfacción y crecimiento espiritual.

“despojémonos de todo peso”Despojémonos de todo aquello que, aún siendo lícito para ti está entorpeciendo tu crecimiento espiritual.

Un ejemplo: Puede que estés viendo programas en la TV que son lícitos, pero ¿te están edificando?

Cuenta cuántas horas pasas delante del aparato quitándote de hacer mejores cosas para crecer.

Esta sería una cosa lícita que no te conviene.

—Cada uno debe ver en su propia vida cuáles son esas cosas que son lícitas pero no le convienen.