Caminando Mal No Podrán Venir Bienes

Pastor Alejandro Sánchez

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado:

pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción;

mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”.

Gálatas 6:7-8

Con la ayuda del Señor quisiera hablaros esta tarde sobre algo en lo que el Señor me ha hecho pensar en esta semana. ¡Cómo quisiera que pudiera estar hoy toda la iglesia en pleno! Este mensaje es para todos nosotros.

Cuando nos alejamos del Señor nos pueden ocurrir cosas como estas. Cosas que vamos a ver en la palabra de Dios.

Ellos nos proporcionan ejemplos verídicos de que no podemos hacer males y que nos vengan bienes, (Rom.3:8). No podemos andar alejados de Dios y pretender que no pasa nada. Hermanos, ¡si pasa! Veamos el primer ejemplo y las consecuencias.

Caín – Enfado

Hemos de entender que en su niñez estuvo enseñado por sus padres. Tanto Caín como Abel debieron tener la misma enseñanza e influencia. Pero su corazón se torció del camino que le habían enseñado, y su enfado desembocó en un odio que le llevó a matar a su hermano.

Es muy posible que entonces ya Adán y Eva tuvieron otros hijos. Quizá un promedio de uno o dos hijos por año. Algunos creen que Caín y Abel pudieran haber sido mellizos o gemelos. Esto responde a la pregunta de ¿con quién se casó Caín? Quizá fuera una hermana o una hija de una hermana. Pero conocemos la historia bíblica.

El enfado le llevó a hacer lo que no debía.

Sansón – Ceguera

Este es un claro ejemplo de lo que sucede cuando nos alejamos de Dios. Lo primero que se pierde es la visión. Él perdió sus ojos físicos, pero es un ejemplo de lo que puede ser la pérdida de nuestro discernimiento espiritual. Cuando perdemos la vista no podemos ver lo que otros ven claramente.

Sansón estuvo jugando con sus pasiones y con la misericordia que Dios tenía de él. Pero llegó el día que el Señor le dejó.

Jue.16:20 “Ahora ella dijo: “¡Los filisteos están sobre ti, Sansón!”. Con eso él despertó de su sueño y dijo: “Saldré como otras veces y, sacudiéndome, me libraré”. Y él mismo no sabía que era Jehová quien se había apartado de él”.

Esta es una actitud extremadamente peligrosa. Nos atrevemos a hacer cosas que no agradan a Dios, y al momento parece que no pasa nada. Pero habrá de llegar el momento en que esperes escapar como las otras veces, y no podrás. Un hijo de Dios no puede vivir así como Sansón.

Cuanto más te empeñas en andar en tus propios caminos, más y más irás perdiendo tu percepción espiritual. Y puede que, como él, llegues a ser el hazmerreir de los incrédulos. Y llegará el día que te quedarás sin discernimiento. Y tu fin podría ser un final trágico como el de Sansón.

Amados: Somos fruto de nuestras decisiones.

Tenemos el privilegio de escoger lo que queramos en nuestro albedrío, pero no tenemos potestad de escoger los resultados de esas decisiones.

Hace mucho que conozco este dicho, pero no sabía quién era el autor. Al parecer se le atribuye a Aristóteles

“Siembra un pensamiento y segarás un acto;

Siembra un acto y segarás un hábito;

Siembra un hábito y segarás un carácter;

Siembra un carácter y segarás un destino”.

No olvidemos esto. No está sacado de la Biblia, pero es verdad. Veamos ahora otro caso:

Saúl – Mal espíritu

Una característica de Saúl era su mal espíritu.

La escritura dice que “El Espíritu de Dios se apartó de Saúl y le atormentaba un espíritu malo de parte de Dios”, 1Sam.16:14

David fue invitado a tocar para que el espíritu malo se apartara d él. Podemos ver como en el capítulo 15 Samuel sentencia a Saúl diciéndole: “Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. Estas palabras debieron ser muy duras para Saúl, pero ocurrió. ¿Por qué? Porque desechó la Palabra de Dios.

Sin embargo, nosotros muchas veces tomamos a la ligera lo que el Señor nos dice, y no pasa nada…. de momento. Pero puede llegar el día en que el Señor se aparte de ti. El siguiente caso lo vemos en Salomón.

Salomón – Tibieza

La historia de este hombre es preciosa en su principio.

Él comenzó su reinado sabiendo que estaba necesitado de Dios. Salomón dijo al Señor en su juventud: “Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir”, 1Re.3:7. Sin embargo tuvo en poco la palabra de Dios y se dedicó a satisfacer los deseos de su carne. Salomón dijo años después: “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno…”, Ecl.2:10. Esto le llevó a su tibieza por las cosas de Dios. Este es un peligro también para nosotros hoy día. Salomón acabó haciendo templos e ídolos de otros dioses para sus mujeres.

¡Él, que había hecho para Dios el templo más precioso, acabó haciendo templos para otros dioses! Su pecado fue ignorar los mandamientos de Dios.“Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor”, 1Re.11:1-2.

¿Cómo pudo llegar a esto el hijo de David; el que comenzó tan bien, orando al Señor para que le ayudara. Aquél que se mostró tan sumiso y necesitado de Dios ahora le había abandonado.

La tibieza es un resultado de ignorar al Señor en nuestras vidas. La tibieza es llegar a hacer las cosas que no agradan al Señor sin que nos importe mucho. Este es el problema de la tibieza de nuestros días. Vivimos los tiempos de Laodicea. La tibieza es lo que más distingue a los creyentes de hoy. Por último veamos a Jonás.

Jonás – Sueño

El sueño es algo que caracterizó a Jonás. Jonás fue un profeta de Dios que huyó de lo que el Señor le había encomendado. El Señor le dijo: “Levántate y vé a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí”, Jon.1:2. En versículo siguiente vemos que  Jonás se levantó, —pero para huir de Dios.

Más adelante se nos dice que hubo una gran tempestad. La gente del barco temía por su vida. Pero Jonás se había ido a dormir. El patrón bajó y le dijo: “¿Qué tienes dormilón?”.

Esto también sucede a los que se alejan de la voluntad de Dios. Puede que el Señor te haya llamado a su servicio, pero tú has considerado y has dicho, el precio es demasiado alto; no lo haré.

Y, a partir de ahí entras en un sueño dulce y placentero. Un sueño espiritual en el que todo te parece un “sueño”. Ninguna cosa espiritual te parece real e importante. Te parece que ya no hay sacrificios que tengas que hacer. La vida espiritual se convierte en un placentero sueño. Nada te incomoda; nada te hace reaccionar; nada te molesta… Parece que todo te da igual. Pero debemos despertar de nuestro sueño. Nadie se pone a dormir cuando el enemigo está al acecho. Debemos recordar que nuestra lucha no es contra sangre y carne.

Queridos hermanos…

Pretendemos decir que nuestras vidas están bien mientras estamos viviendo alejados de Dios. Pretendemos que el Señor nos está bendiciendo cuando en realidad estamos viviendo en desobediencia a sus enseñanzas.

Pretendemos que nuestros hijos sean espirituales mientras les proveemos de todo tipo de carnalidad. Y lo peor es que hay casos en que ni siquiera lo pretendemos.

Pretendemos conducir sin carnet o sin seguro, o defraudando, pero confiamos que el Señor nos cuidará y no pasará nada. Pero debes saber que a esto se le llama tentar al Señor. Y ¿hasta cuándo te soportará el Señor?

Pretendemos vestir con la inmodestia carnal que a Dios no agrada y seguimos diciendo que amamos al Señor. ¿Cómo se puede vestir como prostitutas y pretender ser santas? Nos vamos a las playas en verano para desnudarnos ante todo el mundo, pero eso sí, somos buenos cristianos. Pretendemos estar tan ocupados que no tenemos tiempo para Dios, pero eso sí, le amamos sobre todas las cosas (¿) Para el padel, el cine, el fútbol, etc., si tenemos tiempo, pero para Dios con dos horitas a la semana ya hay bastante. Y esto, si acaso tienes tiempo. ¿Procuras para tu bien físico y no te preocupa tu estado espiritual?

Oh, hermanos, ¿Hasta cuando crees que el Señor nos va a soportar? ¡Hasta cuándo tendrá Dios misericordia de ti y de mí!

No te rebotes por este mensaje.

No digas: “Esto lo ha dicho por mí”. O lo peor, “esto lo ha dicho por fulanito”

Solamente te pido que medites, si aún tienes esa facultad. Te pido que veas, si todavía puedes discernir espiritualmente.

Te ruego que despiertes del letargo espiritual.

No te enfades con Dios como hizo Caín.

No pierdas los ojos espirituales como hizo Sansón.

No arremetas contra el hombre de Dios como hizo Saúl.

No corras por el camino de Salomón buscando lo que te apetece a ti mientras con ello colaboras con este mundo.

No huyas de la voluntad de Dios como hizo Jonás.

—¡¡ESCÚCHALE!!         ¡¡OYE  LA  VOZ  DEL  ESPÍRITU!!

Olvida le Envidia o Enfado espiritual.

Toma el colirio para remediar tu Ceguera espiritual.

Pon remedio a tu Mal espíritu.

Sé caliente y apasionado por las cosas del Señor y abandona tu Tibieza de las cosas espirituales.

Despierta del letargo en el que estás viviendo tu Sueño espiritual.

Una cosa tengo que decir antes de acabar:

A algunos personajes no se les ve que tuvieron una vuelta atrás: Caín no volvió atrás. Saúl no volvió atrás. Pero otros si lo hicieron: Sansón pidió al Señor al final y Él le respondió. Salomón, al final de sus días se dio cuenta de que lo único que realmente valía la pena era el temer al Señor y guardar sus mandamientos. Jonás finalmente fue a Nínive.

¿Qué vas a hacer tú en este día? Hermano, arrepiéntete delante de Él.

Pienso que este mensaje es para todos nosotros. Cada uno de nosotros tiene algo en lo que debe meditar. Algo en que nos hemos de volver al Señor. Pero sobre todo dejemos de vivir la vida de los muertos.

¡No podemos hacer mal y esperar bendiciones de Dios!

¡No abusemos de su misericordia!

Seguramente un día recogerás lo que estás sembrando ahora.

Gál.6:7-8 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”.